Aarón es un chico de 26 años que la vida le ha hecho madurar tras su paso por prisión. En contrapartida ha encontrado en el mundo de la música su vía de escape, una pasión que ha terminado por germinar dentro de los muros de Soto del Real y que ahora ocupa todo su tiempo y su mundo hasta el punto de ansiar ser libre para así poder dedicarse por entero a la música, esa que, según sus propias palabras; es vida.
¿Qué ha supuesto para ti entrar en la cárcel?
Un cambio muy grande. Ya había entrado en prisión por la misma causa y estaba bajo fianza en mi casa, la cual estaba pagando. Estaba con mi familia. Con mi trabajo. Con la música… Se me paró todo.
¿Te ha servido para algo estar en prisión?
Si, para valorar la familia, mi talento, los momentos que de verdad importan. Porque por querer tener una vida lo más fácil posible al final lo complicas. Me he metido en más problemas de los que en verdad tenía. Me ha servido para mirarme a mí mismo y cambiar muchas malas actitudes, aunque siga teniendo alguna. ¡Con que esos cambios los vea mi madre sé que la cosa va bien!
¿Qué dirías que has sacado de estos años en prisión?
Que la paciencia es una virtud, que hay que adquirirla, porque aquí se necesita mucha paciencia. Y que de verdad sí se puede cambiar. El resto son excusas en verdad.
¿Qué ha supuesto estar en un módulo de respeto en el que cuentas con un espacio para la música?
Es una puerta que se me ha abierto. Aquí hay gente que toca la guitarra, la batería, el piano, hay productores… La música te quita horas de patio, horas de problemas, horas de consumir cualquier tipo de medicación. Te evades con la música de una manera muy sana. Doy las gracias de tener las posibilidades que tengo aquí.
En 2021 hicimos un vídeo junto con una asociación y el módulo de jóvenes y he grabado cosas que las he enseñado en la calle y a la gente les ha parecido curiosas.
¿Qué cambiarías del sistema estando aquí dentro?
Hay muchas cosas buenas; se cree en la reinserción. Hay cursos, hay muchas cosas buenas. Es un sitio malo, pero al mismo tiempo la gente puede trabajar, estudiar, hay programas de tratamiento. Lo peor es tu cabeza pensando. Para mí la celda es como estar dentro de tí. Es como ver tu interior desde fuera, viéndote a ti mismo desde el interior de tu cabeza. Cuando las celdas se cierran estoy en mi cabeza y eso es lo peor, porque te faltan muchas cosas.
¿Has tenido algún momento malo?
He tenido muchos momentos malos aquí. Momentos malísimos. Aunque la música ha supuesto un salvavidas. Por poner algún ejemplo, cuando crees que vas a obtener los permisos y te los deniegan, uno decae y la familia sufre también. Hice una canción de eso. Hice una canción para sanarme en los malos momentos, pedirles perdón a mis padres, decirle lo que pienso y siento a mi hermana, a mi novia, a antiguos amigos, a la gente, al mundo. Luego también hay roces y conflictos. Siempre surgen conflictos aquí por muchas razones.
¿Ha sufrido tu familia en este tiempo?
Ellos no saben cómo son las cosas aquí dentro y siempre andan preocupados. Sufren mucho aunque les digo que estoy bien aquí. Estoy bien de salud y procuro mantenerme bien de ánimo. No me falta de nada salvo ellos. Pero saben que es un mundo hostil y las series y películas no ayudan a su tranquilidad y por eso andan siempre preocupados. Ver a su hijo en la cárcel es suficiente para que sufran. Y yo les pido perdón por ello. Ellos no pueden llamarme cada vez que necesitan hablar conmigo. Ni estoy cuando soy necesario. Son esas cosas que también hacen sufrir. Y yo lo paso mal porque también los necesito mucho. Aunque lo tenemos asimilado la verdad.
¿Cómo fue tu primera etapa en prisión? ¿Tu entrada?
Uf. Fatal la primera entrada. Llegas a prisión, y no sabes nada de nada. No sabes cómo van las cosas, ni cómo funciona nada. Te quitan todas tus pertenencias. Entras perdido, no sabes con quién hablar o no hablar. Yo me tiré un tiempo en aislamiento y fue duro. Ahí fue cuando yo me replanteé todas las cosas. Te replanteas todo, me planteé cambiar desde uno mismo. Y ahí fue cuando empecé el cambio. Pero los primeros meses fueron muy fuertes. ¡Picantitos!
¿Crees que tus experiencias pueden ayudar a la gente que está fuera?
Sí, sí. Porque mucha gente se puede sentir identificada. Mucha gente se va a sentir identificada al fin y a al cabo. Tú cantas de vivencias. Esa vivencia no solamente te pasa a ti, esas vivencias las están viviendo más personas, cada uno de una manera diferente.
¿Qué le dirías a la gente que está cerca de caer en la delincuencia?
Que la calle no te trae nada bueno. Tal vez no lo ven porque la fiesta se ve muy bonito, que si el dinero fácil, que si los amigotes y personas que se te acercan… En todo hay que tener mucho cuidado. Conoces gente o piensas que te tienen un respeto. Todo eso es efímero. Todo eso es falso y deben tener cuidado y apartarse de aquello que se sale de lo real, de lo verdadero y lo honesto.
Un mensaje que quieras dar a la gente de aquí.
Que de los fracasos se aprende, y que no hay que lamentarse. Hay que aprender. Todo el mundo puede fallar ¿sabes? La clave está en no cometer otra vez los mismos fallos, ni los mismos errores y ser consciente y cambiar. Que hay que perseguir las ilusiones y los sueños.