En la actualidad se vienen promocionando las ciudades donde teóricamente todo lo necesario para vivir se encontrará a menos de 15 minutos. Una cárcel, salvando las distancias, funciona así. Teniendo en cuenta que donde se encuentran personas se crean necesidades, para suplirlas, la prisión mantiene una estructura organizativa que no solo depende de los funcionarios, sino también de algunos internos. De estos últimos hay dos tipos, los que apoyan ejecutando un destino y otros que desempeñan actividades auxiliares remuneradas. Esta pequeña ciudad cuenta con ordenanzas, responsables del office, encargados del sociocultural, cocineros, lavanderos, panaderos, reposteros, fontaneros, pintores, electricistas, soldadores, jardineros, gestores de residuos, controladores de vehículos, encargados del economato, brigada de limpieza, entre otros.
En el mes de febrero, en Soto del Real estuvieron trabajando 102 internos, aproximadamente un 10% de la de la población penitenciaria. En parte, gracias a ellos la prisión funciona adecuadamente día tras día para tener todos los servicios necesarios a menos de 15 minutos.