Hay libros y películas que tratan viajes en el tiempo. Si repasamos la vida de Victoria Kent, cómo pensaba y la huella que dejó, uno podría pensar que viajó desde nuestra época a principios del siglo XX. Y que, aun sabiendo lo que iba a pasar en esos años, luchó con todas sus fuerzas para cambiarlo, sabiendo que algunas batallas las iba a perder. No le importó lo que la gente pensase, de sus ideas o de su vida, opinando y actuando siempre con sus principios por delante. Vivió en unos años convulsos, de cambios políticos, guerras, donde tu vida podía cambiar si decías lo que pensabas.

Victoria Kent no hubiese aguantado a los políticos de nuestro tiempo, porque no le importaba un buen sueldo o una carrera política. Tenía capacidad de sobra para labrar una carrera en lo que se propusiese, por más trabas que le pusieran. Lo que le importaba de verdad era cambiar las cosas. Y cambiarlas para los que sufrían, sobre todo para las mujeres de su tiempo, por las que luchó a su manera, y fue ejemplo e inspiración. Esta es una pequeña parte de su legado, el que más cerca nos toca.

  1. Puso sábanas en las camas de los presos y dio dos platos de comida.
  2. Permitió a las mujeres visitar a sus maridos en la cárcel una vez por semana.
  3. Dio un sentido humanitario y moderno a las prisiones.
  4. Intentó desmasificar las prisiones cerrando 115 cárceles y planificó otras con luz natural y niveles adecuados de limpieza e higiene.
  5. Fue una fiel defensora de la aplicación del tratamiento penitenciario.
  6. Creó los departamentos para que las madres pudiesen criar a sus hijos en prisión.
  7. Creó los permisos para que los presos pudiesen visitar a familiares enfermos.
  8. Indultó a los presos que tenían más de 70 años.
  9. Eliminó las cadenas y grilletes, así como los castigos de amarrado y las celdas de castigo, sustituidas por celdas de aislamiento.
  10. En pleno motín en el Penal del Dueso entró con la única condición de que los presos se desarmasen y una vez lo hicieron les prometió, lo que más tarde se hizo: el arreglo del campo de deportes y la puesta en marcha de talleres de trabajo. Al día siguiente asistió a la comida en común.
  11. Liberó a los presos de la obligación de asistir a los actos religiosos.
  12. Permitió la lectura de la prensa a aquellos presos que no estuviesen incomunicados.
  13. Creó la sección femenina auxiliar del Cuerpo de Prisiones.
  14. Convocó un concurso para la compra de 1.500 mantas de lana.
  15. Implantó talleres y bibliotecas en los centros.

ERNESTO FONCUBERTA

Redactor de Ecos de Soto.