camino santiago miniatura
Para muchos, de más allá de los grises muros de la prisión, resulta sorprendente saber que catorce internos acompañados por cinco funcionarios, un voluntario y el capellán, iban a pasar ocho días fuera del centro penitenciario en un marco de libertad. Peregrinación a Santiago en el contexto del encuentro de pastoral penitenciaria.

Para muchos, de más allá de los grises muros de la prisión, resulta sorprendente saber que catorce internos acompañados por cinco funcionarios, un voluntario y el capellán, iban a pasar ocho días fuera del centro penitenciario en un marco de libertad. Peregrinación a Santiago en el contexto del encuentro de pastoral penitenciaria.

El Camino supone un esfuerzo que, como en la vida, es más llevadero para unos y costoso para otros: dolores, contracturas, esguinces, ampollas, etc., fueron algunos síntomas de la dureza. También es descanso. Descanso de nuestras penas, las judiciales y las personales que cada uno lleva en esa mochila que nadie puede cargar por ti. Descanso compartido con compañeros inesperados, la mayoría solo conocíamos a unos pocos. El caminar, las comidas, los viajes, las dulces y roncadas noches, nos fueron acercando. 

Antonio Machado nos recuerda que el camino no está hecho, se hace al andar. No se repite, porque la senda ya no será la misma. El caminar nos cambia: ya no veremos a aquellos que la cárcel unió. El camino no es el mismo porque Santiago, la meta, es única y diferente para cada uno de nosotros.                    
J.E.M. Interno de Soto del Real.

Desde el punto de vista profesional, después de vivirlo en primera persona, puedo decir que supone una herramienta reinsertadora de lo más potente y eficaz. Hasta él llega un grupo numeroso de personas bien seleccionadas gracias al trabajo que sus componentes han realizado. No solo lo que se ha esperado de ellos y que han intentado cumplir de cara a los profesionales y a esta Administración en mayor o menor medida con mayor o menor éxito. Se nota que han realizado un camino personal y que han estado acompañados dentro y fuera por quienes cada uno sabe.
Ana. Trabajadora Social CP Soto del Real.

El domingo, antes de emprender el camino de regreso, fuimos a Finisterre. Finisterre es el lugar donde termina el Camino, el kilómetro cero. Creo que también es y fue el punto cero desde el que comienza y que ya ha comenzado. El Camino ha sido regalo y oportunidad. Regalo por los encuentros, las conversaciones, la naturaleza, las gentes, la comida, el descanso, la sonrisa y la libertad. Oportunidad para mirar más allá de uno mismo, para leer y releer la propia historia, para creer que el camino no termina, empieza. Si no podemos mirar más alto, al menos, miremos más allá de vuestras propias sombras”.
Enrique. Voluntario Capellanía.