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El C.P. de Burgos cumple 90 años, siendo un centro de espíritu moderno y que guarda la memoria de todos los que por allí pasaron.

Para celebrarlo han editado un libro donde se recoge toda la historia de la prisión a través del tiempo.

En España quedan sólo 4 centros penitenciarios anteriores a la Constitución: Ocaña I, El Dueso, La Palma, y Burgos. En los cuatro se ha invertido durante años para convertirlos en centros aptos para este siglo XXI y han sido testigos de la historia de nuestro país, la mayoría de las veces, historia triste. La de la prisión de Burgos comienza con su inauguración en 1932 por la que era en aquellos momentos Directora General de Prisiones Victoria Kent. Una prisión sin igual en su época, dotada de calefacción y con un coste de 4 millones de pesetas, estaba preparada inicialmente para acoger hasta 850 internos. La vida en este centro siempre ha girado en torno a su patio central de 4.000 metros cuadrados y 6.587 baldosas. Desde su apertura, en el patio se paseaba, se formaba, se pasaba frío, se leían cartas y se mantenían las tertulias políticas tan activas tras la guerra civil, años en los que tristemente el centro tuvo mucha actividad rondando los 4.000 reclusos, pasando muchos presos por sus muros, casi todos presos políticos, que con su actividad intelectual germinaron el sobrenombre del centro: “La Universidad de Burgos”.

Este año 2022 el C.P. de Burgos, cumple 90 años siendo un centro de espíritu moderno, dentro de ese edificio histórico que nos recuerda a todos su historia y que guarda la memoria de todos los que por allí pasaron. Dirigido por primera vez en su historia por una mujer, Elena Ramos, aspira a seguir ensalzando los valores y principios del sistema penitenciario español desde la apuesta por el aperturismo y por la implicación de la sociedad en el medio penitenciario.

JOSÉ MANUEL DOMÍNGUEZ

Redactor de Ecos de Soto.

Foto: Fondo documental Prisión de Burgos.