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1.000 comensales pudieron disfrutar de platos elaborados por grandes cocineros y servidos por 500 voluntarios, entre los que se encontraban dos internos del C.P. Madrid V.

Colores. Acercando diferencias.

Un año de trabajo, la cena que todo lo representa y un futuro prometedor.

Te invito a cenar.
1.000 comensales pudieron disfrutar de platos elaborados por grandes cocineros y servidos por 500 voluntarios, entre los que se encontraban Juan y Julio (nombres ficticios), internos del C.P. Madrid V, que se abrazan ante los comensales.

Durante muchos años he observado el comportamiento en prisión de los miembros de las diferentes bandas “juveniles”, sus diferencias y sus parecidos. Durante este tiempo he podido aprecias cómo miembros de bandas rivales llegaban no solo a compartir módulo con normalidad, sino incluso, a mostrar lazos de amistad que eran impensables en libertad. A este punto de afinidad solo llegan cuando se conocen de manera personal y se dan cuenta que detrás del color que representa su banda rival, hay una persona con la que tienen más cosas en común de las que nunca pudieron imaginar.

Con la pregunta sin respuesta sobre cómo se podría extender este comportamiento, nació la idea de crear un grupo de trabajo para intentar propagar un clima de convivencia pacífica en el interior del centro que pudiera dar lugar a que comportamientos como el descrito con anterioridad no sean esporádicos, sino habituales y normalizados.

Una cena fuera de rejas.

Inicialmente se formó un pequeño grupo de internos, a los cuales hay que agradecer sin duda que se haya podido avanzar tanto en el objetivo buscado.
Los primeros resultados no se hicieron esperar y el clima en las reuniones empezó a ser cada vez más distendido y agradable; lejano a lo que se estaba viviendo en las calles. Lo que condujo a que poco a poco más internos quisieran participar en las mismas.

Es muy llamativo ver cómo la tensión, o como dicen ellos “el voltaje” con el que ingresan se disipa al poco tiempo de estar en los módulos. Solo hace falta que los nuevos que llegan al centro vean por sí mismos cómo otros internos que conocen de la calle, en unas ocasiones por ser rivales y en otras por pertenecer al mismo grupo, conviven con normalidad sin estar preocupados por la presencia de miembros rivales en su módulo, en la escuela o en cualquier actividad en la que participen, para que hagan suyo el modelo de convivencia propuesto, desprendiéndose del “voltaje” y contribuyendo de esta manera al sostenimiento del mismo.

El evento perfecto.

Son muchas y diferentes las actividades que se han llevado a cabo con la finalidad de cohesionar cada vez más a todos los integrantes del grupo. Para llevar a cabo este propósito se ha contado con la participación tanto de profesionales del centro como de ONGs.

No creo equivocarme si digo que las actividades deportivas son sus preferidas, pero desde mi punto de vista una de las más reseñables fue la propuesta de la ONG Cesal, quien nos brindó la posibilidad de participar en un evento que, al menos para mí, fue el colofón perfecto para casi todo un año de trabajo; no solo por la magnitud del evento en sí o por la cantidad de personas implicadas en el mismo, sino porque fue la ocasión perfecta para mostrar a todos los miembros del grupo, y a otros internos que tenían dudas sobre la finalidad del mismo, que otra vida es posible, que hay una oportunidad al salir de la cárcel y que la implicación tanto de profesionales del centro como de Cesal es absoluta.

Estando próxima la Navidad fuimos invitados a participar en la décima edición de “te invito a cenar” una cena organizada por diversas ONGs, entre ellas Cesal, durante la cual compartimos mantel con alguno de los miembros del grupo y con sus familias. La invitación fue rápidamente aceptada por todos, y aunque fueron solo unos pocos los que pudieron disfrutar de la salida programada, la experiencia fue enriquecedora, siendo los propios internos los que han transmitido sus sensaciones al resto del grupo, añadiendo ilusión y optimismo a muchos de ellos.

Avanzar hacia un futuro mejor.

El camino recorrido hasta ahora ha sido largo y los avances significativos, unos se pueden cuantificar y otros solo están en el ambiente. El hecho de que se haya logrado mantener alejado del interior del centro la violencia que se viven en el exterior, así como que se hayan superado rivalidades personales anteriores al ingreso en prisión deja claro que la voluntad de todos ellos es la de avanzar hacia un futuro mejor, dando ya su primer paso. Estas son solo algunas de las razones por las que debemos seguir trabajando con fuerza en este proyecto, un proyecto que es capaz de aunar fuerzas de todas las áreas y del que cada vez formamos parta más profesionales e internos.