El pasado 22 de octubre tuvo lugar la convivencia familiar, que se celebra en primavera y otoño en el módulo 12 de Soto del Real. Organizado como uno de los pilares del módulo de respeto, permite a los familiares de los internos visitar el módulo, ver sus dependencias, sus zonas comunes y pasar unos minutos en las celdas con ellos.
Dos familiares de cada interno, ya autorizados para comunicar y mayores de edad, comparten una tarde con ellos, conociendo dónde y con quienes comparten su vida cada día. Reciben un tour guiado por grupos para poder ver desde dónde llaman, dónde compran sus productos en el economato, o la biblioteca donde leen y asisten a clase. Momentos emotivos para los familiares que les ayuda a situar y a normalizar la vida en el módulo, de la que antes solo tenían descripciones y en la que creaban los lugares en su imaginación.
Los internos del módulo se esmeran en que ese día todo esté impecable y ordenado. Durante el aperitivo tuvieron lugar discursos de los diferentes encargados de las comisiones del módulo, que explicaron cómo es su funcionamiento y las bases desde las que se construye la convivencia. Por supuesto, siempre se realiza con el compromiso de máximo respeto hacia unos familiares que vinieron a llevarse una buena impresión de cómo es la vida aquí, e irse a casa con la tranquilidad y la paz de saber dónde viven sus maridos, hijos, padres o hermanos: que viven en un sitio apacible, respetuoso, limpio, y rodeados de buena gente.