Para crear las portadas del número 4 de Ecos de Soto nos fue imposible que algunos arquitectos distinguidos nos diseñaran la portada, por lo que tuvimos que recurrir a una Inteligencia Artificial generativa (IAg), concretamente Midjourney, para que nos la diseñaran según sus particulares estilos arquitectónicos. Los resultados fueron muy dispares. Algunos muy curiosos, otros sacados de fantasías, otros más tétricos, pero algunos calcaron casi a sus posibles autores.

La revolución de la IA

Uno de los grandes avances en el diseño ha sido el poder incorporar la IA a los procesos de creación, algo que ha generado mucha polémica en los últimos meses. Muchos lo ven como la panacea, otros como una quimera; y es comprensible pues a lo largo de la historia este mismo hecho ya ha ocurrido más veces. Pasó con la Revolución Industrial, donde se pensaba que las máquinas sustituirían a la mano de obra humana (y no ocurrió). Pasó con la tele, donde se pensaba que mataría a la radio (y no ocurrió).
Lo desconocido, lo nuevo, genera cierta desconfianza y recelo. Hay muchas personas que piensan que la IA acabará con muchos puestos de trabajo, y eso será así, pero generará otros muchos puestos de trabajo. Por lo que habrá que hacer como siempre. Adaptarse o morir. Saber reciclarse y saber convivir con una tecnología que ha llegado para quedarse. Y por esta misma razón decidimos crear la portada de nuestro número 4 con IA (y también porque estando dentro de una prisión no pudimos contactar con arquitectos para que nos diseñaran la portada).

Imagina un prisión

Lo primero que hacemos cuando queremos trabajar con una IAg es generar un prompt, que sería como las instrucciones que le queremos dar al programa para que nos elabore lo que nosotros tenemos en la mente. Y para comenzar basta con el comando /imagine (imagina).
Chema Parsanz habla de la IA : Aprendes de ella al mismo tiempo que ella aprende de ti. No es sencillo, es rebelde, hace lo que quiere, es como un bebé… debes encontrar la “receta” para que la máquina entienda lo que realmente quieres, pero el bebé crecerá”.
Cuando te pones a imaginar un prompt tienes que hablar como si estuvieras hablando a un niño pequeño que no conoce el mundo que le rodea. Puedes escribir que quieres una prisión con muros altos de color rojo, pero la IA no sabrá si el rojo es para los muros o para la cárcel en general.
El prompt es una especie de collage de conceptos.

Construyendo una prisión

Un paso fundamental para entender como funciona una IAg es saber que realmente no está imaginando, sino que está estudiando y cruzando datos que existen en internet. Así pues, cuando quieres que te dibuje una manzana, lo que hace es ver qué es para nosotros una manzana entre todas las fotografías, qué forma tiene, qué textura, qué colores y a través de esos datos hará una reinterpretación que se ajuste a los parámetros que nosotros le pones. Lo que hace es procesar la frase y compararla con el universo de conceptos que tiene. Al final cuando quieres escribir un prompt es como una receta. Tienes que indicarle todos los ingredientes que quieres para que te muestre lo que mas o menos tienes en la mente. Aunque también habrá casos -y esto es muy interesante- que no sepamos qué es lo que queremos y podemos dejar que la IA tenga libertad para mostrarnos resultados que nos puedan servir para inspirarnos o seguir trabajando.
“Las máquinas trabajan bien con números, pero trabajan muy mal con palabras. Entonces tienes que empezar a estudiar primero cómo representa la información, luego cómo relacionas los datos y luego cómo aprendes, que hay un tema temporal, de cantidad de datos pero también del tiempo en el que estás extrayendo patrones y diversa información”, asegura Chema Parsanz

Llegar a un entendimiento eficaz con la máquina es cuestión de aprendizaje, ensayo y error, trucos y tu background artístico cultural. Todo suma.

Manos a la obra

Vamos a comenzar ya en sí con el proceso de creación de la portada ahora que ya se han explicado un poco los conceptos en los que se mueven las IAg.
Primero empezó una pequeña lluvia de ideas sobre las prisiones. Como se ha mencionado anteriormente, para que la IA generé una prisión tiene que compararlo con fotos de prisiones. Y ahí era donde radicaba un poco la dificultad, pues fotos de prisiones no hay muchas, por lo que para basarse en el diseño, según la experiencia obtenida con los ensayos, es que se basa fundamentalmente en prisiones de películas o videojuegos, algo que se alejaba bastante de una prisión real.
Podíamos encontrar imágenes donde se abusaba de los muros, barrotes y sobre todo las concertinas. Si a un muro le ponemos concertina es muy probable que de el pego como prisión. Y luego está la otra parte, donde tirando de fantasía diseñaba algunos modelos de prisiones utópicas. Y estos fueron algunos resultados:

Como se ve los resultados distaban mucho de la realidad. Y como sería muy complicada que acertara en representar una prisión se optó por que algunos distinguidos arquitectos diseñaran una prisión. Con ese concepto se podría justificar que no parece una prisión pero que lo podría ser. Al igual que la ciudad de las artes y las ciencias de Valencia tiene muchos edificios que no parecen realmente lo que son.
Ya solo teníamos que idear un prompt muy sencillo, en el que imaginara una prisión con el estilo de Santiago Calatrava, Alejandro Aravena y Tadao Ando.