Desde el pasado 24 de diciembre llamar desde las prisiones españolas es más económico. De esta manera una llamada nacional a móvil de 8 minutos (duración máxima permitida por llamada) que hasta ahora tenía un coste de 1,74€ pasa a costar 1,45€ y si esta llamada es a un teléfono fijo nacional el coste se reduce de 1,13€ a 0,56€.
Este ajuste ha sido bien recibido entre la población reclusa, aunque sigue siendo insuficiente si tenemos en cuenta que una llamada diaria de ocho minutos a un móvil supone un coste para el interno de en torno a 45€ al mes.
También se ha procedido a incrementar el número de llamadas semanales que los internos pueden realizar, pasando de 20 a 25 llamadas, lo que incrementa sustancialmente el importe destinado a llamadas telefónicas. Esto hace que algunos internos lleguen al gasto máximo semanal permitido de 100€, que se reparte entre teléfono y gastos personales en economato, y cuyo importe no ha variado ante el incremento de precios.
Cabe destacar la incorporación de algunas cabinas telefónicas digitales que, aunque con cortes, fallos y averías, –que se espera sean subsanados–reducen los tiempos de espera entre llamadas, lo que permite que más internos en menor tiempo puedan llamar a sus familias. Las cabinas analógicas obligan a esperas de 2 minutos de media entre llamada y llamada, generando largas colas y malestar entre los internos.
Aunque la rebaja de precios es bienvenida no deja de ser suficiente ante los altos precios que siguen teniendo las llamadas. No todos los internos, ni siquiera con la ayuda de sus familias, cuentan con recursos económicos suficientes como para mantener esa llamada de 8 minutos todos los días, y menos aún para poder realizar esas 25 llamadas semanales a las que se tiene derecho, pues entonces estaríamos hablando de un gasto, solo en llamadas, de en torno a los 150€ al mes.