El director de cine español José Luis Garci ha dicho en más de una ocasión que el cine ha sido para él “una vida de repuesto”.

El director de cine español José Luis Garci ha dicho en más de una ocasión que el cine ha sido para él “una vida de repuesto”. Seamos o no amantes del celuloide, lo cierto es que las fic­ciones nos permiten adentrarnos en otras vidas en las que poder mirarnos como si de un espejo se tratara. La cárcel, la prisión o la pérdida de la libertad son temas que no han sido ajenos al cine. Es habitual encontrar todo tipo de películas, muchas de ellas nor­teamericanas, donde la trama se desarrolla en torno a un proceso penal o a la vida dentro de prisión. Como lo que vemos en la pan­talla no siempre tiene su contrapartida en la realidad, aprovechamos las líneas que siguen para recomendar tres películas que, de una manera u otra, tienen su reflejo en los momentos que tienen lugar antes, durante y después de la cárcel: proceso judicial, prisión y re­inserción.

Proceso judicial: El juez (2014)
En la película El juez, del año 2014, el director David Bobkin une a dos grandes del séptimo arte (Robert Duvall y Robert Downey Jr.) para dar vida a una trama de muchas emociones. Duvall interpreta al septuagenario juez Joseph Palmer, un hombre estricto y honrado que lleva ejerciendo durante 48 años en el juz­gado de su condado en Indiana. Los Palmer tienen un pasado familiar complejo, y de he­cho el juez, padre de tres, no se habla con su hijo mediano, Hank (Downey Jr.), abogado penalista de éxito en Chicago (“los inocentes no pueden pagar mis honorarios”). No obs­tante, Hank regresa a casa y terminará inter­viniendo como abogado defensor de su padre en un caso de presunto homicidio.

Sin hacer spoilers, lo que sigue es una de las mejores películas del género “judicial” en tiempos recientes, así como la historia de la reconciliación de una familia. En medio de todo ello, la cárcel está muy presente (tres de los protagonistas pasan por ella en algún mo­mento) y El juez refleja también cómo la dig­nidad humana del preso nunca se pierde. De hecho, en una de las escenas finales el fiscal solicita la suspensión de la pena privativa de libertad del juez Palmer, debido a motivos humanitarios y atendiendo a su historial. Esto, por cierto, es similar a lo que se prevé en Es­paña: el artículo 91.3 del Código penal prevé la posibilidad de que se acuerde la libertad condicional del interno, a causa de su enfer­medad o de su avanzada edad.

Prisión: Cadena perpetua (1994)
Cadena perpetua, dirigida por Frank Darabont, es, para muchos, una de las mejores películas de la década de los 90. La película narra la historia de Andy Dufresne, un banquero con­denado a cadena perpetua por el asesinato de su esposa. Durante su estancia en prisión, Dufresne lucha por mantener su humanidad y dignidad y para ello se aferra a la transfor­mación y enriquecimiento de la biblioteca, que se convierte en un refugio espiritual para los presos, un destello de probidad. La pelí­cula es, en definitiva, una oda a la dignidad humana, a la esperanza y a la redención.

La relevancia de la educación y la cultura para la dignidad humana tiene su reflejo en la consagración del derecho a la educación como derecho fundamental (art. 27 CE), que, como no podía ser de otra manera, asiste también a los presos. Es más, la educación entronca con una de las principales finalida­des de la pena privativa de libertad, la re­inserción social.

Reinserción: Fallen Leaves (2023)
Fallen Leaves es un largometraje dirigido por el aclamado director finés Aki Kaurismäki. Con delicados planos y secuencias, la película muestra la solitaria vida que Ansa (Alma Pöysti) y Holappa (Jussi Vatanen) tienen en Helsinki. Ganadora del Premio del Jurado de Festival de Cannes el 2023, al contrario que las dos películas anteriores, esta cinta no trata sobre la prisión. Sin embargo, la forma en que las historias de Ansa y Holappa se en­trelazan entre sí es una gran metáfora de cómo las relaciones con nuestros seres que­ridos (o aquellos que se convierten en que­ridos) pueden suponerlo todo a la hora de restablecer nuestras vidas.