Relatar la situación que vivimos las personas privadas de libertad al entrar en contacto con la sociedad después de mucho tiempo aislado puede ser complejo. Podría asemejarse a lo que el filósofo griego Platón contaba en su mito de la caverna, donde nos relata el cómo se puede captar la existencia entre dos mundos; el de los sentidos (el que vivimos aquí dentro) y el inteligible (el que es puro conocimiento, la información que nos llega de fuera). Algo así decía también Yuval Harari en su libro Homo Deus: Breve historia del mañana, donde las personas podrían sentirse irrelevantes en un mundo que avanza hacia nuevas tecnologías. Un mundo avanzado donde nuestra identidad, nuestros sueños e incluso nuestros temores serán irrelevantes y en el que no tendremos mucho más que aportar. No encajaremos.
Esto es en parte lo que vivimos los reclusos al sentirnos aislados de la sociedad y en donde en un futuro tendremos que afrontar la convivencia en un mundo cambiante y desconocido. ¿Qué pasaría si vives 12 años sin contacto con la sociedad? Esta es la realidad que ha tenido que vivir David, interno de Soto del Real. 4380 días en distintas prisiones y en módulos de aislamientos. Hace poco obtuvo su primer permiso y así contaba su experiencia


En una sociedad que avanza cada vez más rápido, sentimos como que nos alejamos estrepitosamente sin mucho sobre lo que poder hacer para remediarlo. ¿Crees que estar tanto tiempo aislado de la sociedad puede ser más contraproducente que beneficioso?

Es una pérdida de tiempo estar en prisión. A ver, no lo malinterpretes. No me refiero a que no debería haber prisiones. Sino que tendrían que ser diferentes. Está claro que tiene que haber un castigo. Yo cometí un delito y tengo que pagar por ello. Se me tiene que juzgar y lo tengo que cumplir, pero pienso que hay una barrera que es el tiempo que en cuanto se sobrepasa caes en un pozo sin fondo. Para que me entiendas creo que hay una horquilla de tiempo donde te sirve para reflexionar, cambiar, mejorar y saber que no tienes que volver a un sitio como este. Pero cuando esa horquilla se dilata en el tiempo lo que produce es el efecto contrario. Pasas tanto tiempo aquí dentro que pierdes la noción de la realidad de fuera. Sales y muchas veces eres incapaz de enfrentarte a lo que la sociedad te demanda. Tenemos una mochila en la espalda tan grande que muchas veces no podemos con ella. Aquí dentro puedes contar con ayuda de psicólogos quizá, pero cuando sales es como si a un león domesticado lo soltaras en la selva. No durará ni 5 días.

Mínimo de contacto con la sociedad

La reinserción no es pasar los días en el chabolo, dormir, comer, cenar, dormir y así todo el rato. Tienes que tener un mínimo de contacto con la sociedad, estar en sintonía con las tecnologías, tener oportunidades para formarte y ser competente, porque cuando salgamos a buscar trabajo tenemos que competir con el resto de personas. Nosotros aparte de estar mucho tiempo desactualizados tenemos el lastre de haber estado en prisión, por lo que eso hace que muchas veces la gente ante esta situación se sienta inadaptada y lo mejor que pueda hacer para sobrevivir sea volver a delinquir para poder tener algo de dinero o porque ha normalizado tanto la vida en prisión que piensa que es donde mejor está. Aquí tienes cama y comida, en la calle te puedes ver que no tienes nada. ¿Me comprendes? No quiero decir que en la cárcel se esté de puta madre, todos prefieren estar fuera con sus familias y trabajando, pero si no pueden ¿qué van a hacer?

Hace poco después de más de 12 años si ver la calle has podido salir de permiso. ¿Qué es lo primero que sentiste?

Relajación. Lo primero que sentí fue relajación en cuanto vi la carretera. Se me quitaron todos los males. El estar tanto tiempo encerrado, aislado de la sociedad puede asustar, pues no sabes la realidad que te vas a encontrar una vez atravieses la puerta de salida y te encuentres enfrente del mundo.

La tensión que tenía dentro se me desvaneció. He sido una persona que siempre he estado tenso y en guardia. Pensé que me iba a chocar más, pero no fue tanto. Salí solo y me fui a casa de mis tíos.

¿Has visto que ha cambiado mucho la sociedad?

No he podido fijarme en todo. Estuve fuera 3 días y no pensé en ninguno en la cárcel. Dedique el tiempo a comer, a disfrutar de la familia y a estar con gente. Visité el Metropolitano por dentro. Descansé, me relajé y respiré. Tres días no dan para nada.

La tecnología he visto que ha cambiado mucho. Una persona analfabeta en lo digital está muy perdida hoy en día. Ahora se hace todo con el móvil, y todos van mirando el móvil todo el rato.

Bueno hay un estudio donde dicen que de media lo miramos cada 4 segundos

Ese es un problema hoy en día. No hay interacción entre las personas. No estoy acostumbrado al móvil y en mi caso, por ejemplo, en el metro tenía que ir preguntando a la gente cómo ir a los sitios. Eso si, la gente la gente al menos sigue amable (risas), se paraban, me respondían y algunos incluso me dejaron su móvil para hacer una llamada pues no tenía móvil. Soy incompatible con la tecnología.

En el McDonald no se pide como antes (comenta entre risas). Antes ibas, pedías y te servían. Ahora tienes un quiosco donde tienes que hacer cola para pedir lo que quieres, coger un ticket, ir a otra cola y esperar a que te lo den. Me parece más engorroso
¡Ah y ahora se paga con el móvil!

¿Has hecho algún Bizum?

(risas) Me lo tuvieron que explicar y si que he hecho alguno ya algo que me sorprendió mucho es que hay muchos patinetes por las calles. Recuerdo que era muy raro ver alguno antes. Pero decidí probar uno mientras tenía que ir a firmar a comisaría. No pensaba que acelerasen tan bruscamente. Casi me ostio (risas).

¿Qué dirías del metaverso?

¿Qué es eso?

El metaverso es como la siguiente generación de Internet que se caracteriza por ser inmersivo. Imagínate que en vez de ir a ver un museo lo puedes hacer desde tu casa con el ordenador e interactuar con otras personas que lo están visitando también.

No me gusta. Prefiero que las relaciones sociales sean personales. De tu a tu.

¿Sabes qué es tiktok?

Algo me suena si. Mi prima y mi mujer lo tienen y me lo han enseñado. Pero yo no tendría eso. La tecnología tiene muchas cosas buenas, pero a la vez muchas malas. Acceso a pornografía, terrorismo, cómo hacer una bomba, armas… Digamos que soy más analógico

¿Qué planes tienes para cuando salgas?

Me tomé la vida como un juego. Me críe sin padres. Tuve que sobrevivir como pude. Nadie me enseñó a cómo crecer y enfrentarme a la vida. Eso fue lo que me llevó a que ciertas circunstancias me llevaran a ingresar en prisión. Estuve clasificado en primer grado en varias ocasiones, eso significa aislamiento; y en numerosas prisiones por toda España. He vivido situaciones en las que he tenido que defender mi vida, y otras, la lucha ha sido más interior. Tenía problemas con internos, con funcionarios… vamos que toda la condena mal.

Para cuando salga voy a ser realista después de todo lo que me ha sucedido y no vivir é en una nube. Me espera una oferta de trabajo seria

¿Qué te ha parecido la cárcel ahora?

La cárcel ha cambiado mucho. Ahora es mejor. Antes había muchos conflictos. La convivencia ha mejorado mucho. Los aislamientos creo que deberían ser para personas que realmente tengan una peligrosidad. No por acumulación de sanciones porque allí te destrozan la vida.
He tenido tiempo para reflexionar y no volver a cometer más errores. El proceso de reinserción depende mucho de la persona. No hay un libro ni una pastilla que diga me he reinsertado. Si yo quiero reinsertarme me reinserto, si no quiero no. Pero claro, aunque quieras hacerlo luego está el enfrentarte a la realidad fuera. Cuando sales te van a dar ostias por todos lados, si las aguantas enhorabuena puedes vivir con el resto, si no lo aguantas mucha gente se busca más causas o acaba suicidándose. Es una pena. Pero en parte es lo que me pasó a mí. Salí hace mucho. Encontré trabajo y la policía iba a mi trabajo a decirle a mi jefe que yo era un delincuente. ¿Cómo vas a aguantar así? Entonces es cuando te dices. Si no me dejan en paz tendré que seguir con lo mío.